Ingredientes:
4 huevos
1 yogur
(sabor al gusto)
Aceite
Harina
Azúcar
1 sobre
de levadura Royal
Relleno
de la masa al gusto (chocolate, mermelada, frutas…)
Para este plato
necesitamos contar con una cuchara o tenedor o varilla para batir, un
bol o recipiente grande, uno de los yogures vacíos para tomar
medidas del resto de ingredientes, un horno, un molde, una bandeja de
horno, la fuente o platos para servir y los ingredientes.
Se trata de una de las
recetas más fáciles de preparar de todas las que llevo publicadas,
esta sería una de las cuales podríamos hacer con la ayuda de niños
porque no hay peligro de que se quemen y seguro que les divierte
compartir, con sus padres o familiares, el hacer algo juntos en la
cocina y luego comerse lo que ellos mismos han preparado.
Batimos los huevos.
Añadimos a los
huevos un yogur (puede ser natural, de limón…) y mezclamos.
Conservamos el yogur vacío para las medidas del aceite, la harina
y el azúcar.
Echamos un yogur de
aceite y removemos.
Juntamos a la mezcla
anterior 4 yogures de harina y volvemos a mezclar todo, evitando y
procurando deshacer los grumos que se formen.
Añadimos 3 yogures
de azúcar y volvemos a mezclar.
Echamos 1 sobre de
levadura royal y mezclamos todo de nuevo. Tiene que habernos
resultado una masa espesa.
Precalentamos el
horno a unos 180º ó 200º durante unos 5 ó 10 minutos.
En un molde, de la
forma y tamaño que queramos, esparcimos la mezcla resultante y los
introducimos al horno, previamente calentado, a unos 180º ó 200º
durante unos 20 ó 30 minutos. Vigilamos de vez en cuando el horno
para que nuestro bizcocho no se queme, cada vez que miremos
comprobaremos que la masa va subiendo.
Una vez sacamos el
bizcocho del horno, lo dejamos enfriar un poco, lo desmoldamos en
una fuente o plato, lo cortamos en dos tapas, separamos una tapa de
la otra y los rellenamos al gusto (chocolate, mermelada, nata,
frutas…), volvemos a colocar la tapa de arriba y listo para comer
una vez que se enfríe del todo.
Nota:
Para comprobar si el bizcocho está hecho y es hora de sacarlo,
pinchamos un poco la masa con un tenedor, si este sale limpio, sin
mancharse, es que nuestro bizcocho está listo.